La ganadería es un sistema de producción que proporciona alimentos a la población humana: tanto de manera directa, a través de insumos como la carne, la leche o los huevos; como indirecta, con productos lácteos, como los quesos, de gran importancia en la alimentación del colombiano.
GANADO PORCINO
Los cerdos son mamíferos muy inteligentes y curiosos, su inteligencia se compara incluso con la de un perro o un niño humano de 3 años. Son animales muy activos, en libertad pasan horas jugando, tomando el sol y explorando su alrededor. Reconocen su nombre, son afectuosos e incluso se adaptan a la vida familiar. Al no poseer glándulas sudoríparas necesitan introducirse en el fango o pantano para refrescarse. Es un animal gregario que le gusta vivir en sociedad, y su promedio de vida es de hasta 15 años.
La producción porcina se ha incrementado de manera significativa en los últimos años en nuestro país; siendo nuestro departamento, Antioquia, uno de los principales en esta producción. Teniendo en cuenta solo el sacrificio formal, en el 2006 se produjeron 145 mil toneladas de carne de cerdo en canal, con un crecimiento del 12.3% con respecto al año inmediatamente anterior.
Se han realizado grandes avances en la tecnificación de las explotaciones buscando mejorar la cadena productiva y los parámetros de ésta. Existen censos que reportan más de 1518 granjas tecnificadas en el país; que para los cerdos, no son más que cárceles de cemento y salones de tortura; porque, a pesar de sus avances, no se tiene en cuenta las condiciones mínimas de bienestar que se les debe brindar a estos animales.
En las granjas de producción las cerdas son confinadas en pequeños espacios. Las parideras son pequeñas jaulas (60cm de ancho por 2 metros de largo) que limitan el movimiento de la cerda a únicamente pararse y echarse, evitando que gire o se desplace. El espacio es tan reducido que el operario debe tener especial cuidado con ellas y sus lechones después del parto porque existe el riesgo de que sean aplastados por su madre al echarse. Allí son ubicadas 4 días antes del parto, y estarán durante todo el proceso de lactancia.
Desde la primera semana de vida comienza el sufrimiento para los lechones: se les corta la cola, los colmillos y son castrados y tatuados. Todos estos procedimientos son realizados por operarios, muchas veces no calificados, sin ninguna analgesia o sedación y generalmente, bajo condiciones higiénicas muy precarias.
El destete se realiza entre los 21 y 28 días de lactancia. Las cerdas vuelven a la sección de montas, y se ponen en contacto con el macho, para lograr que se acaloren nuevamente muy pronto, obteniendo así un número mayor de partos por cerda por año, que es lo que al productor le interesa, sin pensar o considerar en ningún momento la recuperación fisiológica del organismo de una hembra que acaba de lactar, que seguramente está con un peso bajo por el parto y la lactancia y aún no ha tenido una adecuada involución (recuperación) de su útero. Los lechones van a la sección de precebos, donde permanecen hasta obtener un peso de 25 kilogramos. Generalmente son espacios reducidos, donde se establecen organizaciones jerárquicas marcadas y se generan peleas por alimento y territorio, siendo los lechones mas débiles los mas perjudicados. Incluso se observan situaciones de canibalismo entre ellos por las altas condiciones de estrés.
De los 25 kg hasta los 50kg los lechones se encuentran en levante, y desde los 50kg hasta el peso deseado para comercializarlos los lechones permanecen en ceba. Nunca reciben el sol, ni juegan, ni desplazan como lo harían en libertad, no hay pantano para refrescarse, ni espacio para inspeccionar o curiosear.
Animales que en condiciones naturales podrían alcanzar a vivir un promedio de hasta 15 años, reducen su vida a unos pocos meses de encierro, estrés y maltrato. Sin ninguna posibilidad de desarrollar sus capacidades cognitivas. Los cerdos, que podrían llegar a establecer lazos de compañía con nosotros los humanos y compararse con los perros y gatos que nos acompañan en los hogares a diario, terminan su vida transportados en camiones hacia su muerte en condiciones de hacinamiento; viajes que pueden durar muchas horas, con restricción total de agua, alimento y espacio, para finalizar en los mataderos ; o lo que es peor aún, sacrificados en patios o solares en los famosos mataderos clandestinos, o en la vía publica en jolgorios “propios de nuestra cultura” como lo son las marranadas.
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